Roberto Verino, en Cibeles Madrid Fashion Week, declara: la moda es ilusión
A sus 65 años, Roberto Verino, uno de los diseñadores españoles por excelencia, no piensa en jubilarse, sino en trabajar más, mejor y con el mismo entusiasmo que cuando empezó para que la moda, a pesar de la crisis, se viva y se disfrute con ilusión. Crisis que este gallego, que adora y siente verdadera vocación por el diseño y el mundo textil, combate con la única receta que conoce: «trabajo, ideas novedosas y mucho ingenio». El papel de Roberto Verino en la moda española es indiscutible. A lo largo de sus 28 años de carrera profesional, ha luchado por el asentamiento de la industria textil española y su proyección internacional y no va a cesar de trabajar hasta conseguir dejar «el camino labrado» a las nuevas generaciones. Con más de 100 tiendas abiertas en todo el mundo, también cuenta con un «universo verino», que acoge el mundo del interiorismo con Cerámica Saloni, y el vinícola con Terras do Gargalo, de la denominación de origen Monterrei. «Me siento orgulloso de ese pequeño mundo con sello personal porque colabora en el disfrute de la vida».
El barroquismo juega con la sobriedad y tejidos tan delicados como el chantilly y el satén se funde con lanas, alpacas y cachemir en un colección en la que Verino, que se ha inspirado en el París de principios de siglo XX, califica de «urbana e inconformista». Sin embargo, el diseñador reconoce que la verdadera fuente de inspiración le llega de la energía que desprenden las mujeres y los hombres «actuales», es decir, los que «todas las mañanas se visten para acudir al trabajo». Roberto Verino, que presenta su colección otoño-invierno 2010 en Cibeles Madrid Fashion Week, ha querido vestir tanto a la mujer como al hombre con prendas que derrochan «sensualidad, seducción y elegancia», explica en una entrevista a Efe. En la nueva colección se pueden encontrar prendas donde los materiales más nobles, ricos y cálidos se mezclan con acabados tecnológicos. «Busco prendas atemporales, que aguanten el paso de los años y con el tiempo se conviertan en diseños clásico, eternos».
Verino se empeña en mantener en sus diseños las líneas básicas de sastrería y los detalles preciosistas que aportan las manos artesanas, «hoy en día imprescindibles en el sector, ya que son la nota que distinguen, diferencian y aportan el lujo a las prendas». En el estilo de Verino su unen varias líneas de actuación: «su amor por el color negro, el lujo, el diseño y los acabados exquisitos». En los tiempos que corren, el diseñador tiene muy presente las «necesidades básicas» de sus fieles clientes y reconoce que hoy se apuesta por «prendas perdurables». Y apunta que la consigna es moda es: «más es más». Romántico y soñador, el diseñador gallego se considera más un emprendedor que un empresario. «Siempre he trabajado para buscar elementos diferenciadores que aporten bienestar y comodidad tanto a las prendas femeninas como a las masculinas, no busco dictar tendencias, sino ofrecer un amplio abanico donde se pueda elegir». La mayoría de las prendas de la nueva colección se realzan con detalles de pedrería, plumas, cristales de Swarosvki y apliques que les aportan un toque distinción.
El barroquismo juega con la sobriedad y tejidos tan delicados como el chantilly y el satén se funde con lanas, alpacas y cachemir en un colección en la que Verino, que se ha inspirado en el París de principios de siglo XX, califica de «urbana e inconformista». Sin embargo, el diseñador reconoce que la verdadera fuente de inspiración le llega de la energía que desprenden las mujeres y los hombres «actuales», es decir, los que «todas las mañanas se visten para acudir al trabajo». Roberto Verino, que presenta su colección otoño-invierno 2010 en Cibeles Madrid Fashion Week, ha querido vestir tanto a la mujer como al hombre con prendas que derrochan «sensualidad, seducción y elegancia», explica en una entrevista a Efe. En la nueva colección se pueden encontrar prendas donde los materiales más nobles, ricos y cálidos se mezclan con acabados tecnológicos. «Busco prendas atemporales, que aguanten el paso de los años y con el tiempo se conviertan en diseños clásico, eternos».
Verino se empeña en mantener en sus diseños las líneas básicas de sastrería y los detalles preciosistas que aportan las manos artesanas, «hoy en día imprescindibles en el sector, ya que son la nota que distinguen, diferencian y aportan el lujo a las prendas». En el estilo de Verino su unen varias líneas de actuación: «su amor por el color negro, el lujo, el diseño y los acabados exquisitos». En los tiempos que corren, el diseñador tiene muy presente las «necesidades básicas» de sus fieles clientes y reconoce que hoy se apuesta por «prendas perdurables». Y apunta que la consigna es moda es: «más es más». Romántico y soñador, el diseñador gallego se considera más un emprendedor que un empresario. «Siempre he trabajado para buscar elementos diferenciadores que aporten bienestar y comodidad tanto a las prendas femeninas como a las masculinas, no busco dictar tendencias, sino ofrecer un amplio abanico donde se pueda elegir». La mayoría de las prendas de la nueva colección se realzan con detalles de pedrería, plumas, cristales de Swarosvki y apliques que les aportan un toque distinción.
R.